Guia Guanajuato
La ciudad museo mas grande

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Minerales de Guanajuato para el mundo: Aguilarita y Guanajuatita

 
–Son derivados de la plata y fueron descubiertos en Guanajuato
 por ilustres científicos del otrora Colegio del Estado.
 
Redacción Semanario Chopper de Guanajuato


 
La ciudad de Guanajuato obtuvo su fama mundial, en gran medida, debido a la bonanza que produjeron sus minas que prácticamente inundaron a Europa de plata y oro, especialmente durante los siglos XVII y XVIII.
Sin embargo el orgullo minero que durante más de 460 años ha caracterizado a los guanajuatenses se vio incrementado a finales del siglo XIX y principios del XX con el descubrimiento de la Aguilarita y la Guanajuatita, minerales derivados de la plata oriundos de esta región.
Estos minerales fueron descubiertos por ilustres académicos del entonces Colegio del Estado, hoy la Universidad de Guanajuato (UG), y aún continúan siendo estudiados en el Museo de Mineralogía “Eduardo Villaseñor Söhle” de la máxima casa de estudios de la entidad.
Incluso la Aguilarita y la Guanajuatita son parte importante de la colección del Museo, donde se estudian y se analizan sus características, al igual que en centros de investigación de las Ciencias de la Tierra de México y otros países.
La Aguilarita fue descubierta por el emblemático universitario guanajuatense Ponciano Aguilar Farías, cuando era gerente de la Mina de San Carlos, cerca de la Mina de Rayas, en los días en que era profesor del Colegio del Estado.
Se trata de un extraño mineral original de Guanajuato derivado de la plata, y se pueden encontrar algunas muestras en pocos museos y centros de investigación del mundo. Su color va desde tonos grisáceos oscuros hasta el negro.
Es una especie de plata que, aunque ha sido encontrada en minas de otros países, conserva su nombre que da grandeza a Guanajuato y a su descubridor, el ingeniero Ponciano Aguilar.
Por otro lado el acervo del Museo de Mineralogía de la UG expone ejemplares de la Guanajuatita, que fue descubierta en una mina de la Sierra de Santa Rosa por Vicente Fernández Rodríguez y por Severo Navia, también ilustres científicos de la época dorada del Colegio del Estado.
Estos investigadores enviaron su descubrimiento a la Sociedad Mexicana de Historia Natural, donde se les imputó que ellos no habían sido los descubridores del mineral, aunque con su amplia experiencia en las ciencias Vicente Fernández logró comprobar lo contrario.
 
Museo de Mineralogía de la UG, de los mejores en el mundo
 
El Museo de Mineralogía de la UG tiene sus orígenes a principios del siglo XIX y en la actualidad se encuentra ubicado en la antigua Escuela de Minas, donde se atienden a investigadores de todo el mundo y al público en general, así como a grupos organizados que desean realizar visitas guiadas.
El primer antecedente del Museo se ubica en el año de 1827, cuando este lugar se conocía como el Gabinete del Laboratorio Químico y Estudio de Mineralogía, que tenía funciones de docencia e investigación con la participación de los alumnos y de los profesores de la época.
Fue hasta el año de 1870 que fue instalado de manera oficial como museo, pero conservando su esencia de centro de investigaciones de las Ciencias de la Tierra, que en la actualidad posee.
Cuenta con 22 mil ejemplares y es el más importante de Latinoamérica en su tipo, y uno de los más ricos en el mundo debido a la gran variedad de minerales que muestra a sus visitantes y a los investigadores que cada año acuden a él para realizar trabajos académicos.
 
Colecciones del Museo de Mineralogía de la UG
 
Colección General de Estudio (6 mil ejemplares) con minerales de Estados Unidos, Canadá, Rusia, China, India, Australia y África, así como otras naciones europeas.
 
Colección del Estado de Guanajuato (mil 500 ejemplares) conformada por minerales extraídos de las minas La Valenciana, La Luz, Rayas, Sirena y Santo Niño, entre otras.
 
Colección de la República Mexicana (mil ejemplares) provenientes de las principales minas de la República Mexicana ubicadas en Zacatecas, Guanajuato, Fresnillo, Taxco, Tlalpujahua y del Estado de Michoacán.
 
Colección de propiedades físicas (500 ejemplares): consistente en cristales de las especies de minerales más importantes de todo el mundo.
 
Colección de Minerales Varios (3 mil ejemplares) donde se encuentra la mayoría de los minerales de don Severo Navia, los donados por ex alumnos y los adquiridos por las mismas autoridades universitarias.
 
Colección de los Sistemas Cristalinos con formas hechas en vidrio, madera, cartón y plástico.
 
Colección Ing. Ponciano Aguilar (9 mil ejemplares) que cuenta con minerales que pertenecieron al destacado ingeniero que fueron donados por su familia.
 
Y la colección de piedras preciosas (50 ejemplares) que, como su nombre lo indica, está constituida por piedras preciosas o gemas que se pueden apreciar en la forma en que se encuentran en la naturaleza y su forma tallada que se convierte en joyas.
 

Ponciano Aguilar, descubridor de la Aguilarita
 
Las principales obras de Ponciano Aguilar fueron durante el Porfiriato, periodo en que se desempeñó como profesor e investigador del Colegio del Estado, antecedente inmediato de la Universidad de Guanajuato.
Además de haber sobresalido en el ámbito de la minería, también destacó en el área de la ingeniería dotando a Guanajuato de importantes obras civiles.
Este ilustre ingeniero es reconocido por su valiosa participación en la construcción de la presa de La Esperanza, Inaugurada en 1894.
Otra obra en la que Ponciano Aguilar participó de manera destacada fue el túnel El Cuajín, uno de los primeros realizados en la ciudad de Guanajuato y con el que protegió a los guanajuatenses de las temidas inundaciones.
 
Vicente Fernández Rodríguez, descubridor de la Guanajuatita

 
Nació en la ciudad de Silao el 5 de abril de 1836 y es considerado como uno de los sabios del Colegio del Estado en las áreas de Química, Física y Minas, de acuerdo al libro “Compilación Histórica de la Universidad de Guanajuato”, que detalla que Vicente Fernández Rodríguez fue un gran descubridor que inventó numerosas máquinas.
En su trayectoria destaca también su habilidad de taxidermista, que lo llevó a colaborar en el gabinete de investigación del francés Alfredo Dugés, otro gran académico del antiguo Colegio.
 
Severo Navia, descubridor de la Guanajuatita
 
Fue un destacado académico que se desempeñó como Jefe de la Escuela de Minas en 1865 para después ser Vicerrector y catedrático de la preparatoria donde ofrecía las materias de Aritmética, Geografía e Historia. Fue también fundador del Observatorio del Colegio del Estado.
Su legado en el área de Minería fue vasto en particular al lado de Vicente Fernández en el descubrimiento de nuevos minerales en la zona de Guanajuato. 




Enterró Alfredo Dugés mitos y supersticiones sobre monstruos a través de estudios de Teratología

 
–Exhibe UG especimenes con mutaciones genéticas que fueron investigados
–Mucha gente en el siglo XX atribuía las malformaciones a actos diabólicos
 
Redacción Semanario Chopper de Guanajuato
 
Una de las salas de exhibición del Museo de Historia Natural “Alfredo Dugés” de la Universidad de Guanajuato (UG) muestra una impresionante colección de especímenes animales que bien podrían formar parte de un circo ambulante de criaturas extraordinarias.
Se trata de la sala de exposición relativa a una antigua ciencia llamada Teratología que Alfredo Dugés estudió a mitad del siglo XIX y principios del XX, misma que se encarga de analizar las malformaciones congénitas y las mutaciones de los animales y de las personas.
Los visitantes del museo se muestran impresionados ante un becerro de dos cabezas, un “gallo-gallina” de cuatro patas, un pequeño borrego con dos caras o un feto de gato bicéfalo.
Sin embargo estas malformaciones tienen una explicación que durante siglos el ser humano ha buscado, pero que desde el año de 1832 comenzó a hacerlo de manera científica a través de la Teratología, para disipar los mitos y las creencias fantásticas que prevalecían desde hacía muchos milenios.
Como hombre de ciencia, Alfredo Dugés, el médico francés que llegó a Guanajuato a mediados del siglo XIX como profesor del antiguo Colegio del Estado, estuvo interesado en los procesos evolutivos del humano y las especies.
Derivado de este interés encontró en la Teratología una fuente interminable de conocimientos que acabaron por enterrar viejas supersticiones en torno a las malformaciones congénitas.
Además de las muchas otras áreas de estudio que cultivaba el francés de nacimiento y guanajuatense por adopción, la Teratología se convirtió en una rama importante de la Biología que buscaba respuestas a las mutaciones y alteraciones genéticas, ya que representaba una gran oportunidad para estudiarlas, comprenderlas y encontrar métodos, prácticas y soluciones para erradicarlas.
 
Antiguas culturas y su fascinación por lo monstruoso
 
Desde tiempos inmemorables el ser humano ha mostrado una fascinación por lo desconocido, y las malformaciones congénitas representaron distintos mitos entre las culturas antiguas.
Algunos pensaban que las malformaciones eran premoniciones, otros las relacionaban con seres mitológicos y hubo quienes las refirieron a cuestiones diabólicas; todos estos mitos fueron el resultado de la ignorancia o el desconocimiento propio de cada época.
Durante muchos siglos las malformaciones carecieron de explicaciones científicas, y aunque la Historia muestra que existieron personas interesadas en el tema, fue hasta principios del siglo XIX cuando se metodizó su estudio con la creación de la Teratología.
De hecho, el término Teratología proviene del griego theratos, que significa
monstruo, y logía, que significa estudio; es entonces el estudio de los monstruos, aunque en la actualidad se sabe que se trata de complicaciones médicas que en muchos casos se pueden prevenir.
Y ese fue, precisamente, el objetivo de Alfredo Dugés en su incursión a la Teratología: ofrecer soluciones a la humanidad y evitar estos problemas que históricamente han asolado a las personas.
La Teratología dejó de existir como ciencia en la década de los 60 del siglo pasado; sin embargo el estudio de las malformaciones congénitas ha prevalecido y actualmente se tiene el conocimiento suficiente para prevenirlas o tratarlas con métodos muy avanzados de la genética y la medicina.
 


El mejor museo de Latinoamérica

 
El Museo de Historia Natural “Alfredo Dugés” de la UG posee una de las colecciones mejor conservadas de la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, que fue realizada por el naturalista francés Alfredo Dugés, quien radicó en Guanajuato desde 1860 y hasta su muerte en 1910.
Está ubicado en el edificio central de la máxima casa de estudios y es uno de los más importantes en su tipo en Latinoamérica, en particular por la riqueza de ejemplares anfibios y reptiles.
Fue fundado en 1941 usando la colección original y personal  del científico francés con la finalidad de que investigadores de México y otros países estudiaran a las especies animales y vegetales que contiene.
Actualmente muestra los especímenes de manera moderan y atractiva con varias salas de exhibición incluida una reproducción del  Gabinete de Historia Natural que utilizó Alfredo Dugés, además de la Sala de la  Biodiversidad, la Sala de la Evolución, la Sala de Extinciones y la Sala Guanajuato.
 
¿Quién fue Alfredo Dugés?
 
Alfred Auguste Delsescautz Dugés nació el 15 de abril de 1826 en la ciudad francesa de Montpellier, Herault. Vivió por temporadas en Guanajuato, Silao y Guadalajara, fijando su residencia en 1860 en la actual Capital Cervantina de América.
Médico de profesión, estuvo encargado de impartir las cátedras de Botánica y Zoología en el gabinete de historia natural y el jardín botánico del Colegio del Estado, hoy Universidad de Guanajuato. Dugés no sólo destacó en el ámbito científico y académico, su gran capacidad le permitió también internarse en el plano político y fue Cónsul de Francia en Guanajuato, además de pertenecer a numerosas sociedades científicas de distintos países.
En su época se le consideró un sabio pero siempre fue una persona sencilla hasta el momento de su muerte el 7 de enero de 1910 tras una enfermedad que le acosó por más de 10 años.
 
 
Museo de Historia Natural “Alfredo Dugés”
 
Edificio Central de la Universidad de Guanajuato.
Lascurain de Retana # 5 Guanajuato, Gto
 
Tel. (473) 73 20006, Ext. 1004-1005.
e-mail: duges@quijote.ugto.mx.
Facebook: Museo Alfredo Dugés.
 
Horarios:
 
Lunes a Sábado de 10:00 a 18:00 horas.
Domingos de 10:00 a 14:00 horas.
 
Costos:     
 
$15.00 Público en general.
$5.00 Niños, estudiantes, maestros, trabajadores universitarios y habitantes de Guanajuato.
Sin costo para los adultos mayores.


La Casa de las Brujas, una extraña casona en el otrora aburguesado Paseo de la Presa
Escrito por: Antonio Abúndiz   colaborador de la revista chopper
–No la habitaron hechiceras, pero sí ocurren ahí fenómenos inexplicables

–El nombre que le dan se deriva del estilo europeo con el que fue edificada

–Buscan sus nuevos dueños rehabilitarla y devolverle la belleza que tenía

Edificada a finales del siglo XIX por el ingeniero Luis de Silva, la casona marcada con el número 129 del Paseo de la Presa, además de formar parte de las ostentosas y bellas fincas que dieron nacimiento a esa orgullosa y antes aburguesada zona, ha sido identificada por la gente como La Casa de las Brujas, y no precisamente porque fuera sede de aquelarres o reuniones de esos seres que realizan ritos satánicos y surcan los aires montados en escobas, sino por su arquitectura típica del sur de Europa.

Sin embargo a esta casa también la rodea un gran misterio, pues vecinos del Paseo de la Presa y aquellos que caminan cerca de la misma, juran haber sido testigos de hechos sobrenaturales ocurrido ahí, que dejan helado al más templado.

 

Algunas personas juran haber visto a la entrada de la finca la figura de una mujer que sube las escaleras hasta la puerta principal; la describen como una dama delgada, de piel muy clara que viste de color blanco y tiene una larga cabellera negra.

Se dice que esta aparición de ultratumba no camina, sino que flota en el aire, y que después de llegar a la entrada de esta vetusta finca traspasa la puerta de madera y se pierde entre los pasillos que existen en el interior.

Algunos ancianos vecinos del lugar juran que esta aparición es el ánima de una mujer que vivió hace muchos años en esta  finca, pero que al morir no alcanzó el descanso eterno por lo que su alma vaga en busca de quien la pueda ayudar para que pueda tener paz en el más allá.

Otras más aseguran que en el interior de La Casa de las Brujas existe un tesoro enterrado, pues antes era muy común que la gente desconfiara de los bancos y consideraba más seguro esconder entre las paredes o alacenas sus riquezas materiales acumuladas por años.

A finales del siglo 19 y principios de 20, el Paseo de la Presa fue seleccionado como uno de los sitios preferidos por los ricos, políticos y gobernantes de entonces, para levantar sus fincas o casas de campo, a través de las cuales dejan ver su gusto exquisito por la arquitectura francesa y de otras partes de Europa.

Así lo destaca el doctor Alfonso Alcocer Martínez en su libro denominado El Paseo de la Presa, en donde comenta que este lugar se convirtió prácticamente en un gran salón para la burguesía, con sus miradores y terrazas hacia la calle,  jardines y otras masas arbóreas, espacios de agua, huertas y el admirable entorno geológico.

Añade que en aquel entonces el Paseo de la Presa, que literalmente nació sobre las ruinas de la hacienda de Zaragoza, literalmente era considerado como un paraíso, pues se ubicaba fuera del bullicio y tumulto de la ciudad, así como de los vicios típicos de los lugares en donde se concentraban grandes masas.

Caminar por este lugar es como retroceder en el tiempo al maravillarse con las vetustas construcciones que aún se mantienen en pie, que en sus tiempos mozos sirvieron como fincas de campo o chalet de políticos y de empresarios más ricos de la época, que buscaban en este lugar un remanso de paz.

La finca conocida como La Casa de la Brujas, que según el doctor Alfonso Alcocer Martínez fue propiedad de Enrique Goerne, aparte de atraer la atención causa un poco de miedo, ya que su fachada es igual a las casonas que salían en las películas de terror y que presuntamente servían de guarida para las brujas.

Es un simple mito

El cronista vitalicio de esta ciudad, Isauro Rionda Arreguín, dice que a finales del siglo 19 a los hombres ricos y familias adineradas les entró el gusto por la moda y la arquitectura francesas y europeas que tomaron auge durante el Porfiriato, de ahí que varios de ellos optaran por reflejar su gusto en la construcción de sus fincas.

Comenta que la fachada de La Casa de las Brujas es típica del sur de Europa, es decir, de los Países Bajos como es Bélgica,  lugar de donde se creía provenían las brujas que realizaban aquelarres, chupaban la sangre de los niños y eran el terror de la población; pero nada de esto es cierto, según dice el cronista.

Lo que es sí es verdad, según lo comentado por algunos trabajadores que han sido contratados para rehabilitar esta casona –que años atrás funcionó como escuela de idiomas y lugar de hospedaje– es que han escuchados voces que provienen de diversos puntos del lugar.

Al principio creían que se trataba de la broma de algún compañero, pero al acudir en busca del bromista se encontraban con que el lugar estaba vacío y que las voces que se escuchaban habían salido de la nada.

También se nos narró el caso de otro empleado que al estar realizando labores de limpieza en el interior de esta casa, sintió como que varias manos lo agarraban y a la misma vez lo jalaban.

 

Después de reponerse del susto y poner en orden sus pensamientos, el hombre salió corriendo hasta la calle y desde ese momento ya no volvió a trabajar a La Casa de las Brujas. ¿Ficción o realidad?, lo cierto es que de este acontecimiento no hace ni medio año.

 

Se siente algo raro

 

Gracias al apoyo que recibimos de parte de los nuevos dueños de la añeja finca pudimos entrar a la misma, y aún no traspasábamos la puerta principal cuando nos invadió un olor a nostalgia y a humedad.

 

Conforme nos adentrábamos por la escalera principal que desemboca en un amplio jardín, nos invadió como un dejo de temor, pues pese a ser aún de día el ambiente se tornaba un poco sombrío y lleno de misterio.

 

Después de conocer y recorrer  las amplias construcciones que alguna vez sirvieron como salones de clases llegamos a una gran explanada en cuyas riberas se levantan varios departamentos.

 

Según nuestro acompañante, en esta planada anteriormente existía un laberinto que hacía aún más interesante este lugar, sin embargo, el tiempo lo venció y quedó sepultado ante la tierra que fue utilizada para emparejar el piso.

 

También pudimos observar una extraña escalera fabricada con bloques de cemento que conduce a la parte alta de la fachada de esta finca, desde donde se puede observar una parte del Paseo de la Presa.

 

A la fecha La Casa de las Brujas pertenece a los propietarios del hotel boutique Villa María Cristina, la cual adquirieron con el fin de rehabilitarla y regresarle parte de la belleza que la caracterizó en otras épocas.

 

También en su libro el doctor Alfonso Alcocer Martínez narra que aunque la fachada de esta finca pudiera pasar como tradicional con su terraza aporticada, su techumbre con mansarda “a donde nunca llegó la nieve” y otras casas de influencia ecléctica de la época, sobresale de las demás debido a su interesante juego de escaleras que le sirven de acceso y los más de cuatro estilos que fueron utilizados en su construcción.

 

En arquitectura se denomina mansarda a la ventana dispuesta sobre el tejado de una casa para iluminar y ventilar su desván en la fachada de un edificio.

 

En cuanto a la definición de ecléctico, es un concepto que hace referencia a la fusión de rasgos estilísticos e influencias tomados de corrientes o maestros diferentes, e incluso contrapuestos. Se busca  crear una propuesta plástica nueva hacia un estilo determinado.

                                                                   

Quanaxhuato digital es una micro empresa Guanajuatense de reciente creación, que busca promover y fortalecer el desarrollo turístico de esta hermosa y legendaria ciudad, mediante estrategias concretas y definidas, como lo es la navegación que nos brinda el ciber espacio

 

¿quiénes somos?

 

Misión:

 

  Somos una organización, que realiza la promoción de los múltiples servicios turísticos, que se ofertan en la ciudad de Guanajuato; mediante el uso adecuado de las herramientas de la tecnología digital, como lo es la Internet y la publicidad audiovisual; por medio de estrategias, que nos permitan desarrollar una evolución en la correcta detonación del turismo familiar y religioso.

 

 

Visión:

 

  Ser la organización líder, que marque los estándares y promocione las bases para una cada vez mejor y adecuada prestación de los diversos servicios turísticos, impulsando a Guanajuato capital, como un destino turístico de primer mundo. Resaltando sus cualidades y valores, así como sus historias, leyendas y consejas, que no solo han coadyuvado para que Guanajuato sea considerado como “patrimonio cultural de la humanidad”, sino que la convierta en el destino turístico por excelencia.

 

 

Valores:

 

Compromiso:

 

El mayor y único compromiso es hacer ganar a nuestros clientes, para así poder ganar todos. Objetivo que solo se podrá cumplir con el adecuado uso de nuestras capacidades en las tareas encomendadas, como lo son profesionalismo y ética 

 

Responsabilidad:

 

Promover una mejora continua y constante, para lograr siempre hacer bien las cosas, cumpliendo los compromisos y metas en tiempo y forma.  

 

Integridad:

 

Actuamos siempre con verdadera integridad en cada una de nuestras acciones encomendadas; valor que nos distingue de otras empresas.

 

Disciplina:

 

Solo en base a una estricta disciplina, se podrán lograr conseguir los diversos objetivos, siempre con el compromiso, la responsabilidad y el profesionalismos de brindar a nuestros clientes, lo mejor de nosotros con cabalidad e integridad ante todo.

 

Innovación:

 

Promover ante todo, la superación personal, que nos permita brindar un mejor y adecuado servicio para nuestros clientes, que nos convierta en una organización de vanguardia.

 

 

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